Los primeros trabajos que demuestran la eficacia de TOHB como adyuvante en el tratamiento de las quemaduras surgieron hace más de 50 años en mineros tratados por intoxicación con monóxido de carbono dónde se evidenció un aceleramiento en la cicatrización de sus heridas por quemaduras. Desde entonces, se ha comprobado la eficacia basada en los resultados obtenidos mediante estudios en animales y datos clínicos en humanos.
Cuando los tejidos blandos como piel y músculos son afectados por quemaduras, el flujo sanguíneo en el área dañada se reduce considerablemente, causando una lesión localizada que suele estar rodeada de tejido normal, incluyendo la piel y tejido subcutáneo. La reducción del flujo causa un área de edema e inflamación que irradia en todas las direcciones, incluso hacia tejidos alejados no afectados por la quemadura. La hinchazón puede extenderse profundamente y afectar músculos y piel periférica, causando un daño aún mayor que la lesión inicial.
La terapia de oxigenación hiperbárica como adyuvante al tratamiento convencional con sulfadiazina tópica reduce la inflamación y el edema, favorece la re-epitelización, disminuye la hipoxia, evita la expansión y acelera la cicatrización de quemaduras hipóxicas e isquémicas. También favorece la implantación y revascularización de los injertos realizados en quemaduras por acelerar cicatrización, mejorar la perfusión de oxígeno y favorecer la irrigación del injerto o implante realizado.
En grandes quemados se demostró que la incorporación de TOHB debe ser lo más temprana posible y reduce considerablemente la incidencia de infecciones, sepsis y la mortalidad.
Fuentes
Cianci P, L.H., Lee H, Shapiro RL, Sexton J, Williams C, Sato R., Adjunctive hyperbaric oxygen therapy reduces length of hospitalization in thermal burns. J Burn Care Rehabil, 1989. 10(5): p. 432-
Francis, A. and R.C. Baynosa, Hyperbaric Oxygen Therapy for the Compromised Graft or Flap. Adv Wound Care (New Rochelle), 2017. 6(1): p. 23-32.